La conducta moral es una conducta obligatoria y debida; es decir, el agente se
halla obligado a comportarse conforme a una regla o norma de acción y a excluir o
evitar los actos prohibidos por ella; la obligatoriedad moral impone, por tanto
deberes al sujeto. Toda norma funda un deber.
Ahora hay que responder a la cuestión de cómo debemos actuar, qué tipo de
acto estamos obligados normalmente a realizar. Nos referimos, con este asunto, a las
teorías más importantes de la obligación moral.
La división tradicional la divide en dos sistemas generales:
Ética teleológica.
Ética deontológica.
Ambas pretenden decir lo que es obligatorio hacer, dar respuesta a la cuestión de
cómo determinar lo que debemos hacer de modo que esta determinación pueda
orientarlos en una situación dada, particular.